Una especie con la esperanza en 22 ejemplares

Las vaquitas marinas son los más pequeños de la familia de los cetáceos, familia que incluye ballenas, delfines y marsopas. Las vaquitas actualmente se encuentran en peligro crítico de extinción.

En las últimas dos décadas su población poco abundante ha disminuido en un porcentaje considerable del 90%, en gran parte debido a la pesca ilegal de otra especie en peligro de extinción: la totoaba, muy apreciada en el mercado chino.

De acuerdo con la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, el principal impulsor de la realidad de este mamífero marino es la captura accidental de la marsopa en las redes utilizadas en la pesca de camarones. Una vez atrapado en las redes, el animal no puede salir a la superficie para respirar y muere producto de asfixia. En la actualidad se estima que quedan únicamente alrededor de 22.

Por esto, el Programa para el Medio Ambiente de la ONU (PMUMA) llama a realizar esfuerzos urgentes de conservación para evitar llegar al punto de no retorno.

En octubre de 2019, fueron observadas tres crías de vaquita en el Alto Golfo de California, en México, lo cual se convirtió una luz de esperanza en la lucha por salvar a este mamífero. 

Entre las iniciativas que se adelantan en torno a la conservación de la vaquita, está la impulsada por el gobierno de México, quien además de crear el Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita (Cirva), prohibió el uso de redes de enmalle en 2017, así como la pesca nocturna y exigió que los barcos que operan en la zona protegida pasen por puntos de entrada y salida monitoreados.

Se cree que cada hembra puede dar a luz una cría cada dos años, generando esta baja tasa de reproducción alta vulnerabilidad a las perturbaciones humanas en tanto la afectación o poca posibilidad de reproducción del mamífero, sumando la lucha de acuerdo a lo antes descrito.